LA IGLESIA QUE RECIBIRÁ LA GRAN COSECHA
POR VISIÓN G12
Fue un tiempo donde Dios derramó su provisión (Trigo), gozo (Vino) y unción (Aceite) sobre nosotros como lo dice Joel 2:24, cumpliendo así sus promesas para transformar naciones, restaurar familias y llevar a cabo su propósito con su iglesia. Nosotros, como creyentes, tenemos la responsabilidad de ser consecuentes con la misión de llevar el amor de Cristo a cada rincón de la tierra.
¿Qué iglesia recibirá en este tiempo la Gran cosecha?
Ezequiel 47:1-2
Los sueños son la manera en que Dios nos habla, y es maravilloso poder entender su lenguaje para recibir sus bendiciones. Cuando seguimos a Cristo y dejamos nuestros propios sueños a un lado, es cuando las promesas de Dios comienzan a manifestarse en nuestra vida, no olvides que el sueño de Dios para ti está lleno de vida y propósito.
¡Una iglesia que sueña, recibirá el derramar del Espíritu Santo!
Apocalipsis 3:20
La adoración es la manifestación de que amamos al señor y esto se debe ver reflejado en todo lo que hacemos. Adorar desata el poder de Dios y refleja nuestro amor hacia él.
¡Una iglesia que adora recibe el corazón de Dios para demostrar su amor!
Daniel 1:8-12
La intimidad con Dios es como un faro que ilumina nuestro camino y nos guía por la senda correcta, es necesario que tengamos actitudes de determinación, disciplina, decisión de obedecer y anhelar cumplir el destino y el propósito de Dios, en esto se ve reflejada nuestra verdadera devoción a él.
¡Una iglesia que pone en primer lugar a Dios, es una iglesia con una verdadera devoción!
Ezequiel 22:30
Debemos ser personas dispuestas a interceder y conquistar todo lo natural con armas espirituales. La autoridad para gobernar nace de la oración y la intercesión, por eso no debemos avergonzarnos de nuestra fe, así alcanzaremos todo lo que nos propongamos.
¡Una iglesia que ora recibe la autoridad para gobernar en la tierra!
Efesios 4:16
Dios derramará su gran cosecha a aquella iglesia que tenga la determinación de trabajar y servirle a él, aquella iglesia que gane, consolide, discipule y forme, aquella iglesia que siempre esté dispuesta a pagar una milla extra, porque su motivación es la salvación de las almas.
¡Una iglesia que trabaja es una iglesia que no se conforma, sino que siempre va por más!
Es importante recordar que formas parte de la generación de siervos que recogerá esa gran cosecha, por eso es importante que estés listo y determinado a transformar las naciones con el poder de Cristo.
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