CONVENCIÓN 4 ESTACIONES
POR VISIÓN G12
La Convención Internacional G12 de Mujeres, se llevó a cabo del 4 al 27 de mayo en Bogotá, Colombia. Fue una convención única, ya que fue la primera en tener una duración de 4 semanas, la cual nos llevó a través de todas las estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno. En esta inspiradora convención las mujeres aprendieron cómo cada temporada de sus vidas está diseñada por Dios para el crecimiento, la fe y la manifestación del Espíritu Santo, basándose en el poderoso versículo de Salmos 1:3.
PRIMAVERA
Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.
Isaías: 54:1
La primavera nos recordó la renovación y esperanza, enseñándonos que en cada inicio hay una oportunidad para florecer. Las mujeres descubrieron la importancia de plantar semillas de fe y fidelidad en Dios, confiando en que Él traerá abundancia y crecimiento a sus vidas.
Es el tiempo del reír, del regocijo, de los colores, de los frutos y del milagro, del nacimiento para volar.
¡La fe cambia las circunstancias, tú eres un milagro a punto de suceder en las manos del maestro, regocíjate!
VERANO
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimi; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Isaías: 43:1-2
Representación del calor y la plenitud, nos recordó la importancia de aprovechar al máximo cada estación. Las mujeres aprendieron a disfrutar y descansar en la presencia de Dios, fortaleciendo su relación con Él y permitiendo que el Espíritu Santo las capacite para cumplir su propósito divino.
Es el tiempo de la vida, de la resurrección, de la transformación, de la fidelidad, de la restauración, de la libertad, de las prioridades y respuestas y de permitirle al señor refinar nuestro carácter.
¡Cuando hay resurrección y restauración en tu vida, todo en ti es nuevo!
OTONO
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.
Juan 4: 35
El otoño, trajo la madurez, la fructificación y la cosecha, comprendiendo que todas las temporadas tienen un propósito. Las mujeres reconocieron que incluso en los momentos de transición y pérdida, Dios está obrando en sus vidas, preparándose para una abundante cosecha de bendiciones.
Es el tiempo de recoger la cosecha, de la renovación, de la plenitud, de la recompensa, de la determinación, de la firmeza, de la perseverancia, de la gracia del señor, de las decisiones trascendentales, de soltar y estar preparada para volver a dar fruto.
¡Hay un huerto de fructificación y plenitud para ti!
invierno
Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud…
Génesis 8:20-22
El invierno, estación de reposo y reflexión, enseñó a las mujeres a confiar en la fidelidad de Dios incluso en medio de las adversidades. Descubrieron que el Espíritu Santo está presente en los momentos de quietud y dificultades, capacitándolas para superar cualquier tormenta y salir más fuertes y resplandecientes.
Es el tiempo de finalizar para volver a empezar, tiempo de encender nuestras lámparas, tiempo de la diligencia, tiempo para estar preparadas y listas, tiempo para entender que Dios tiene el control.
¡La luz más brillante llega después de la noche más oscura!
La Convención Internacional G12 de Mujeres fue extraordinaria, pues permitió que cada mujer comprendiera la importancia y la belleza de cada estación de sus vidas.
Esta convención es un recordatorio constante de que nuestras vidas están en las manos de un Dios amoroso que nos guía a través de todas las estaciones, nutriéndonos y preparándonos para florecer en su tiempo perfecto.
